Cerrando una puerta
que otra se abre.
Qué agrio lo agrio
y qué dulce lo dulce...
He vencido con mi espada
muchos miedos este año.
Otros me han acorralado
o me atacan por la espalda.
Sigo y seguiré luchando
y librando mil batallas,
pero siempre sonriendo
que no me faltan agallas.
Mucho más fuerte que ayer,
brillando como mi luna,
sé que si vuelvo a caer
cuando me asalten las dudas,
en mi alma está el poder
y en mi corazón la ternura.
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